martes, 22 de mayo de 2012

Eduardo galenao

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.  
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
   - ¿Para qué sirve la utopía?
   - Para eso sirve: para caminar.

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