martes, 3 de abril de 2012
Agárrame tan fuerte que sienta que nunca nos vayamos a despegar. Estrújame como si fuera lo más desable que hayas visto nunca. Y bésame con fuerza. Hasta que nos desintegremos en el infinito. Hasta que tenga que pasarme dos días en el camino de vuelta y llore de agujetas con el labio partido. Déjame beber de tu adrenalina esta noche. Bórrame la rutina y el nombre. Pero no te asomes a mis ojos. No te voy a regalar nada más. Así que si eres uno de los príncipes azules, no te enamores de esta falsa princesa.
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